lunes, 20 de diciembre de 2010

Ahí viene de nuevo…

Cariño, la idea de nunca salir del baño no era como lo imaginaba, y menos si te vas a trabajar dejándome con las alucinaciones, el molesto dolor de cabeza, el irritante flujo nasal y la punzante opresión en el estomago que no me deja separarme de la tasa. No te vayas. Bueno ya vete, me traes las medicinas cuando regreses…
  Toda la noche y ahora toda la mañana, nunca creí que un baño fuera tan aburrido, oh! Ahí viene de nuevo…
  Dónde está el papel, no, no, no, no… no hay aquí. Y si me aventuro a la despensa, no, no creo llegar, será mejor que me enjuague en el lavabo.
  Dios? Me estas escuchando, por lo que más quieras, cúrame como curaste a los ciegos, déjame salir de esta prisión blanca y perfumada a jabón de jazmín o, de perdida que se me quite la calentura, no vaya a ser que me quede estéril, espérame un segundo, otra vez la sensación en el estomago, ahí viene…
  Disculpa, no lo puedo evitar, debe ser por ese olor a jazmín, mi esposa insiste en comprarlo y nada puedo hacer, deja que te cuente: hace como una semana, compré un jabón de azúcar morena, para probar algo nuevo, pero oh sorpresa! Cuando mi esposa lo olio me corrió de la casa, diciendo que había estado con otra mujer! Aún me estaba cambiando cuando me saco a empujones, dígame mi señor, usted qué haría? Los vecinos miraban, los niños se burlaban de mí y, en un afán de verle el lado positivo y burlarme un poco de la situación, dije que no la engañaba con otra, sino que lo hacía con la misma. Fue lo peor que hubiera pasado, comenzó a arrojarme desde una ventana del segundo piso la colección de música clásica que con tanto anhelo resguardaba.
  Pasadas unas horas y aún semidesnudo escuché el abrir de la puerta, no quise voltear, moría de frio y ahorraba mis energías para no enfermar. Ella se acercó y me abrazo, pidió disculpas y dijo que había encontrado el causante del extranjero olor, entramos a la casa y después de unos días mírame aquí, enfermo por un jabón y abrazado al escusado, no culpo a mi amada mujer, no es mala, pero… espera, que ahí viene de nuevo…
  Qué?! Por qué has regresado? Por mi? Qué va! Yo también te quiero, nos vemos. Lo ves señor, es maravillosa. Gracias, oh no! De nuevo...