jueves, 21 de octubre de 2010

Alguien con quien hablar...

Hoy necesitaba a alguien con quien hablar, nada. Mi corazón se para, mis extremidades caen dolorosamente y el sueño se vuelve en mi contra. Las palabras se impregnaban de un delicioso aroma de soledad, los sonidos de desgastantes insultos. Los minutos pasan desgarrando mis ánimos y cada segundo, al ritmo de mi respiración va arrastrándome hacía el cansancio. Tomaré un largo baño de agua caliente y para cuando salga aún no habrá con alguien con quien hablar...