viernes, 3 de diciembre de 2010

Arrepentido...

Arrepentido.
  Cuando tus húmedos labios rozaron mi cuello y yo me negué a continuar con lo que creí una farsa. Imaginando, que aquella delirante voz tan cerca de mi oído y tan llena de fingida sensualidad flaqueaba mi raciocinio, trabando mis palabras, derrumbando mis murallas, rompiendo mis fronteras.
  Arrepentido cuando la calidez de tu cuerpo se posó sobre el mío y yo cerré los ojos, como un cobarde que no quiere ver su propia debilidad, traicionando a su propia carne, a su propio juicio. Analizando después de lo ocurrido, que el principio que defendía era del tamaño de mi inocencia, tan pequeño que desaparecía en un momento y en otro al escuchar las palabras de tu boca: “estás seguro?”. Claro que no lo estaba, pero mi obstinación por defenderme fue venciendo, sin notar que quizá fui yo quien hubo perdido. Derrotado con la victoria en las manos, poéticamente hablando y victorioso con las manos vacías, tan vacías de ti, y tan literalmente pensando.
  Me excuso con probables sofismas que ni yo estoy dispuesto a defender hasta el final, fiándome del momento, arrepintiéndome por la eternidad. Y aún en el infierno, donde tú me condenas, rodeándome de mil gozos inimaginables sufro, y no por la idea de estar donde merezco, sino por el significado que pudiere darle a tus palabras y que posiblemente tú ni siquiera te has percatado. El infierno? Me pregunto, lugar donde me abandonas muy lejos de ti. Y que, ni por equivocación de aquel hombre de barba y túnica blanca vendrías a visitarme. Sabes dónde estoy y sabes donde estaré, por qué me apartas de ti.
  Desespero y por ende espero, no por convicción o virtud, no porque sea lo correcto o lo menester, sino porque es lo único que me queda. Soñando, con quizá la primera y última vez que tomas mis actos y los usas conmigo y contra mí. Pensando, que quizá deba disculparme de mi y ceder porque quiero a ti. Arrepentido, de que me importes mucho y azarosamente yo a ti, de que abandones cuando vas ganando y de que yo me someta al fracaso, agarrándome al ideal de ti. Arrepentido de arrepentirme. Arrepentido, arrepentido, arrepentido.