“Te amé sin conocerte,
en las entrañas de mi sueño,
en las locuras del presente…”
Entre mis lecturas me tope con estas solitarias líneas, significaban mucho para mí y me encarnaban al mismo tiempo que te describían. El polvo viejo, como a los libros, ahora cubría mi descuidado cuerpo después cierto tiempo, la inmovilidad y el silencio mismo ofrendado a nuestra causa ahora se arrumbaba en un librero olvidado, como a los libros. Sólo existen notas en algunos cuantos textos que se refieran a nosotros, unos solos para ti y otros solos para mí. Abandonados al descuido, la poca luz amarillenta ya no nos hace sombra, pero tampoco nos hace legibles. Y ahora, como a los libros, sólo unos cuantos pasan e imaginan por nuestras páginas…