viernes, 17 de septiembre de 2010

Es tan curioso lo que le sucede a uno para darse cuenta de que tan mala y no tan mala es su vida...

Hoy llegue a mi casa y mi padre me recibió con una cachetada, mis ojos se pusieron llorosos y mi boca sangraba, mi madre sólo observaba desde atrás, no me quedo mas remedio que salir de inmediato, ya era la tercera vez en la semana. Caminé durante media hora hasta la casa de mi novia, con la que desde hace tres años tenía una relación formal, parecía que sus padres me adoraban, siempre me trataron bien y pensé que, cuando llegará me brindarían apoyo, toqué el timbre al llegar hasta su puerta, no era un buen horario, 10:45 quizá, no lo sé, pero cuando vi encender la luz de la sala contigua a la entrada supe que algo iba mal, el padre de Karina, (así se llama mi novia) con la cara un tanto asustada por mi aspecto me dijo que su hija se quedaría en casa de una de sus amigas por lo que no estaba, era mentira obviamente ya que al terminar d decir esto Karina se asomó por las escaleras y al verme salió rápidamente, sin más, sus primeras palabras preguntaron por mi aspecto, que qué me había ocurrido, que no podía presentarme de esa forma, no pude formular palabra alguna y su padre me cerró la  puerta en la cara, volví a tocar el timbre, pero su respuesta se termino con el apagar de las luces de la sala.

  Aún con la cara ensangrentada y ya por las 11:20 mis pasos me dirigían a casa de uno de mis amigos, me acepto de inmediato y lo primero que hice fue lavarme la cara en su baño, pasé la noche contándole lo ocurrido. Tardo en amanecer, la cobija no me cubría del frió y el sillón era algo incomodo, no podía quejarme, por fin 7 de la mañana y ya estaba levantado para ir a trabajar, le avise a mi cuate que me iba y entre sueños me respondió con algo como un quejido.

  Ya en el trabajo pasé a mi casillero donde se encontraba mi uniforme y una muda de ropa, agradecí cuando ví que todo estaba ahí. Fue un horario de seis horas y mi turno acabo a las 2, a tiempo para ir a la universidad, la carrera de letras me abría una posibilidad enorme para desarrollarme como escritor, mis compañeros notaron las heridas de mi rostro y su "preocupación" por no decir morbo hizó que fueran un tanto más amable de lo que eran, acabaron mis clases y después de un rato en la biblioteca haciendo notas regresé a mi casa donde no se encontraban mis padres, subí a mi cuarto a encender la computadora y comenzar a escribir cuando el sonido de la puerta anunció la llegada de mi agresor la noche pasada y de mi madre tal vez. Bajé cuidadosamente las escaleras y mi presencia se notó en automático, los gritos no pudieron esperan así que me apure a tomar varias cosas de mi cuarto y salí con gran velocidad con alaridos a mi espalda. Estaba un poco harto y a media calle cuando pensé que, ya no volvería a pisar la casa mas que para recoger mis cosas o incluso ni eso, volví la mirada hacía atrás y cuando me disponía a un enfrentamiento verbal un camión de pasajeros golpeo mi cuerpo aventandolo unos 8 metros para cuando freno.

  Silencio, todo era obscuro y silencioso, de repente una luz me obligaba a abrir los ojos con suma lentitud, los sonidos volvían a mis oídos y unas personas que formaban un medio circulo en mi cama sonreía y se alegraba de algo que no percibía, las primeras palabras que noté fueron unas que me pedían disculpas, yo callado pensaba y rompí mi silencio con la pregunta: "disculpa?, por qué?", había una cara de sorpresa en todos los presentes, una señora que no conocía para pronto mencionó un accidente ocurrido y con una inspección a mi cuerpo me dí cuenta que estaba mal herido, con sobresalto pregunte que qué me había pasado y que aún más importante que quiénes eran todos?....

  La señora lloraba, todos los presentes me preguntaron si no recordaba nada, a lo que mi negativa causaba más asombro que mi despertar, comenzaba a existir caos en la habitación, pero un hombre de bata blanca puso orden, mandó a sacar a todos, menos a aquella señora que lloraba y al hombre que me había pedido disculpas hace unos momentos, hablaron en un tono que no pude escuchar, después supe que había perdido la memoria.

  Ya han pasado más de dos años y los intentos porque recuerde son en vano, yo he convivido con aquellas personas que se dicen cercanas a mi, pero no entiendo como una pareja con tantos problemas y tan ajenos ya a mi situación, una mujer que me fastidia, me aburre, se enoja y me reclama por todo, que en una vez que salí con ella llegó a golpearme la cabeza dice que es mi novia, yo nunca pensaría en tener una compañera así, unos compañeros en la universidad que parecen preocupados por mi situación, yo sonrío y pienso que es mas por morbo, son amables de eso no hay duda, compañeros de trabajo que tienen cuidados igual conmigo, pero ellos sin morbo, amigos que al principio se notaron interesados pero que ahora son indiferentes conmigo y yo con ellos. Y para acabar escritos que se supone que yo he escrito y que ahora me parecen tan malos y absurdos que la tecla de borrar no pueda solucionar.

  Es tan curioso lo que le sucede a uno para darse cuenta de que tan mala y no tan mala es su vida...