domingo, 15 de agosto de 2010

Han pasado ya más de tres años...

Han pasado ya más de tres años desde que la vi por última vez, fue una tarde fría y nublada del mes de enero en la que ella volteo la cabeza hacia mi ventana en el 2º piso, fue amor a primera vista, aun mantengo su recuerdo grabado en las secas pupilas que me ha causado todo el tiempo invertido, su mirada sigue atormentándome por las noches y no puedo pensar claramente, aquellos ojos verdes resplandecientes como los de algún felino esperando alimentarse en una noche turbulenta me hielan la sangre a tal grado de pasar la noche en vela, a la expectativa, a la espera, en la creación de miles de fantasías en las que siempre termino en sus brazos rendido y respirando todo el amor que emana su húmedo pecho…


   Hay un resplandor fuerte ante mis ojos que me ha tirado de la cama en la que al parecer permanecía descansando, no recuerdo como ni cuando fue pero es mejor olvidarlo, ya no tengo bien la noción del tiempo he de decir, desde hace ya muchos amaneceres que en varias ocasiones despierto con ese cegar deslumbrante y nauseabundo, puede que sea en parte el miedo lo que causa la nausea, mi visión se ve también afectada pero logro distinguir una sombra que se nota sentada frente a mi ventana, no percibo bien lo que ocurre y después una capa de obscuridad que viene de esa misteriosa entidad hace que recupere la vista, una sensación desgarradora en mi pecho se apodera de mi, vuelvo a caer al piso y la madera cruje de modo que pareciera se vendrá abajo en cualquier momento, me quedo agarrotado en el único haz de luz que entra en la habitación a las 10 de la mañana, son los únicos rayos de sol que entran, los que llegan con aquellas voces que me son tanto conocidas como desconocidas, no puedo hacerlas callar, creo que no me escuchan por mas que grito, me piden que abra la puerta, que los deje pasar, que de lo contrario me harán daño, yo no sé el por qué de ello, pido disculpas y caigo en sollozos hasta que por fin se marchan, mi único consuelo es que no vienen todos los días, comienzo a recuperarme después de aquel episodio y mis piernas no responden, no siento un temblor en mi mano, pero es bastante evidente que lo tengo.

   Sigo sin recordar como es que pasan las cosas y ahora me encuentro de pie divagando, con la mirada perdida en la ventana, como hipnotizado, suena la onceaba campanada de la iglesia del centro y vuelvo en mi, otro lapso de tiempo perdido tuvo lugar, eso ya no me causa tanta preocupación, creo que me he acostumbrado la monotonía de los días, pero ahora me lleva a hacer la siguiente tarea la llevo con miedo, recorro la habitación hasta la mecedora que esta frente a la ventana, donde aquella sombra se encontraba sentada, mis temores se desvanecen cuando por fin llego, suena la doceava campanada y ya me encuentro sentado tratando de ver si es que de casualidad vuelve a pasar tan radiante como hace tres años aquel amor, no le doy importancia al tiempo que de nuevo he vuelto a perder ya que ahora puedo dedicarme a mi trabajo habitual, la espera. Ha caído la noche ya y no la hube visto, la decepción me sumerge en una melancolía que siempre me dice que tal vez ya no despertare para mañana, pero esta vez siento que es diferente, hay algo extraño en el aire, no logro percibir que es, un estruendo brutal en el cielo me hace levantar del asiento, vuelvo la mirada hacia la puerta principal, ha sido arrancada de un golpe seco, entran varios hombres a mi habitación conversando, me he quedado inmóvil ya que son las mismas voces que me atormentaban, qué es lo que estaban haciendo aquí, yo seguía sin movimiento y no parecía que me prestaran atención, comenzaron a revolver todo en cuanto a su paso, en seguida uno de ellos dirige su mirada hacia a mi, quise correr pero ya era muy tarde para reaccionar ya estaba frente a mi cuando algo que no tenia previsto ocurre, el hombre vomita en el piso por algo que le ha asqueado, sus compañeros extrañados caminan hacia él y señalan rápidamente lo que había provocado el vomito, ante nosotros, mi cuerpo inerte y putrefacto se encontraba con la mirada aun fija en la ventana.