Siempre me ha gustado contemplar mis ojos ante el espejo, pero el día de hoy al pararme frente a aquel reflejo encontré algo extraño, mis ojos, en un color mate daban cuenta de que mi alma había escapado. Pasaron más de 15 minutos, tú te colocaste a mi lado, abrazándome contra tu cuerpo, sonreíste. Yo, con la mirada vaga lloraba aridamente, no te conocía y tampoco me conocía...
"Ya no logro sentirte, aún a mi lado sólo eres ausencia, sólo un hermoso
recuerdo de que estuviste ahí..."