lunes, 15 de noviembre de 2010

Contextos...

Sonó el timbre de las 10:20 que anunciaba el receso en la secundaria 75, los jóvenes de 1º y 2º años salieron directamente al patio para tomar un refrigerio, juntarse a platicar de aventuras pasadas y jugar con los balos de básquet, ya que eran los únicos que nos prestaban. Los de 3º, que llevábamos uniforme de educación física color rojo, nos preparábamos para ir a una excursión a un museo de arte contemporáneo. Los profesores encargados del viaje pidieron los permisos, varios descuidados que no lo traían firmado se apuraron a falsificar la identidad de sus tutores y otros, de plano no lo llevaban. Pocos fueron los que se quedaron, mientras que los demás divertidos por la emoción de salir fuera de la escuela tomaron los camiones por asalto, entre risas y bromas el conductor pudo avanzar hacia su destino.
  Fue un viaje corto, yo iba desacorde con mis compañeros, mientras ellos cantaban alegremente burlas hacia el chofer y para ellos mismo, yo iba leyendo en un asiento junto a la ventana cuando una chica, que me parecía linda, al igual que yo, estaba un poco harta de todo el jolgorio del camión, se levanto de su asiento y tomo lugar junto a mí. Estaba mirándome y por fin rompió la barrera que nos separaba con un temeroso “hola”, yo mantenía los ojos pegados en el libro, pensaba que era mucho más interesante estar involucrado en una historia de amor, locura y muerte que en cualquier carnaval organizado por mis compañeros. Yo respondí con un muy seco hola, no quería que nadie interrumpiere, aunque fuere ella. No noto la indiferencia y prosiguió con la plática, preguntaba que qué era lo que leía, qué si estaba emocionado por el museo y que por qué no me unía a los demás en su relajo. Resignado a saber que no iba a poder seguir con la lectura opte por cerrar el libro y atender como debía ser a mi compañera, mi semblante cambio y mis respuestas, que antes eran cortantes, ahora se detallaban haciendo una conversación más amena. El tiempo transcurrió muy rápido y por fin llegamos, ella hizo un comentario que hubiera preferido tardar un poco más en llegar para continuar platicando, yo sólo reí.
  Entramos al museo, varios desordenados tomaron su rumbo y se perdieron entre las diferentes piezas, sólo algunos quedamos con el profesor a cargo para que nos diera una explicación de las piezas. Había pinturas, cosas de las que yo no percataba arte y sin embargo así eran consideradas. Después de deambular con el profesor un rato, entramos en una habitación amplia, al parecer era una exposición temporal y que constaba de una sola muestra. Una escultura, de vivas texturas sobresalía del cuarto obscuro entre luces rojas. El encargado de nuestro reducido grupo no tenia explicación para lo que veíamos, la chica, con la que antes había platicado me tomo fuertemente de la mano, algunos compañeros que venían de su relajo se sumaron a la escena y silenciaron al contemplar. Di un paso hacia adelante sin soltar la mano de mi compañera para poder ver la etiqueta de la pieza, decía:
  “Artista: anónimo
   Nombre de la pieza: “sociedad”
   El artista ha plasmado una de las realidades más crueles con esta escultura; un hombre que posa degollado con un agujero en el pecho a la altura del corazón, sólo denota que el hombre ha perdido lo más importante para conseguir tener una vida decente, la violencia que existe en el país y muchos más temas de transgresión que aún los críticos no resuelven de tan esplendorosa muestra.”
  Estaba abstraído, mis ojos intentaban ver a través de aquella imagen, conocer su origen, saber que había inspirado al autor de tan magnífica pieza. El profesor puso su mano en mi hombro e indico a todos que regresásemos al camión, ya era tiempo de regresar.
  De camino iba pensando obsesionadamente en aquella imagen, había olvidado por completo el libro. Aquella chica de antes y ahora tan de siempre se volvió a sentar a mi lado y antes de que comenzara a hablar yo comente que había sido una experiencia fascinante, que nunca antes había visto algo así. Pasamos todo el camino de regreso hablando, comentando de todo lo que se exponía en el museo y sobre todo, de “sociedad”.
  Ya dentro de la escuela, los profesores pasaban lista para percatarse de que ningún alumno faltase, todo en orden. Era tarde-noche y ya era hora de regresar a casa. Iba unos pasos fuera de la escuela cuando me dio alcance con su voz dulce, yo voltee con una ligera sonrisa, dijo que era una suerte que viviéramos de camino (cómo la sabia?, me había espiado?, cómo era posible que supiera donde vivía?), la mire extrañado, si? Solté con un aire de curiosidad, bueno al menos mi casa queda de paso, te he visto caminar frente a mi casa respondió, en ese caso vayamos concluí. Estábamos frente a su casa, sabía lo que esperaba así que sin más, le di un ligero beso, sólo rozando mis labios contra los suyo y sin agregar algo mas, seguí mi camino, me encontraba cansado.
  Pasaron dos bimestres antes de que se diera la noticia, hasta entonces yo aun tenía en la cabeza la imagen de la figura degollada. En la televisión, se dio un anuncio de que el cuerpo  que se exponía en el museo de arte contemporáneo era de una persona real, que lo habían identificado como Santiago Verdata Milos, un extranjero desaparecido aquí en este país desde hace 20 años y que al parecer había sido parte de la misma exposición desde hace ya un tiempo en más de 50 museos alrededor del mundo. Sonó el teléfono, era mi novia, comentaba acerca de la noticia y yo mencione que teníamos que volver al museo.
  Nuestro destino estaba cerrado y acordonado por una cinta amarilla. No pudimos entrar, así que buscamos la forma de evadir la seguridad, nos metimos por una puerta de servicio, pero una voz nos llamó la atención y cuando volvimos para poder ver quien era un fuerte grito me hizo tambalear, mi novia estaba tirada en el suelo, inmóvil y yo la veía borrosamente cayendo lentamente.
  No fue tan malo, hemos conocido parte del mundo y el titulo me agrada:
  “Artista: anónimo
   Nombre de la pieza: “curiosos amantes”
   En esta asombrosa pieza, se muestra una pareja comprometida con el amor de una manera muy curiosa, él con el corazón de ella en la mano y ella, con el corazón de él en la suya se abrazan y se funden en un tierno beso, sólo rozando sus labios”.