lunes, 13 de septiembre de 2010

Cómo una cicatriz en el cuello puede desbordar el pensamiento...

Cómo una cicatriz en el cuello puede desbordar el pensamiento y llevar a conocer a una desconocida que se sienta a tu lado en el regreso en metro. Es curioso como uno imagina que probablemente fue mordida por algún novio apasionado, una mascota con unos afilados dientes o uñas en todo caso si fue rasguño, alguna cortada en un asalto y si ya fantaseando un poco de hasta como pudo ser convertida en una vampiro. El primer paso es entablar contacto con la mirada, después de eso se volverá mas sencillo el intercambio verbal, una sonrisa y palabras con tono cortes son bastas para iniciar la investigación, no hace falta dar datos personales ya que nunca nos volveremos a ver o quizá sea lo que pensemos o a lo mejor es lo mas razonable en una ciudad tan grande. Ahora que se cuenta con un poco mas de confianza, ya que es difícil saber si un extraño o extraña que se sienta a tu lado no es un psicópata en potencia, el atrevimiento y lo directo debe causar una reacción peculiar, uno qué respondería si le preguntaran el por qué de una cicatriz en el cuello, quién demonios le hablaría a una mujer sólo por una cicatriz que podemos encontrar en cualquier persona?, creo que yo, fue mas el volar de la imaginación y, para poder escribir algo el día de hoy y no contar una historia de vampiros o algo por el estilo, me detengo a poner unas notas con base en un accidente de la infancia que se tuvo con una vieja mascota, que es la realidad de la cicatriz. No, no supe ni su nombre pero me ha inspirado unas cuantas lineas y un grato imaginar...