sábado, 14 de agosto de 2010

Ya tenía la necesidad de escribir unas cuantas memorias...

Ya tenía la necesidad de escribir unas cuantas memorias, como si las fuere olvidar de un día para otro, llevaba mas de 25 años llevando acabo la misma actividad y ahora sentía la necesidad de crear una bitácora donde incluiría cada uno de sus ataques. Quizá era la monotonía de su trabajo lo que orillaba a un asesino serial a tomar nota de cada una de sus victimas, tal vez algún día lo publicarían después de utilizar su proyecto como evidencia en un juicio si se daba el caso, también sentía la preocupación de terminar aburriéndose y volviendo a ser un ciudadano ejemplo, pero cómo podría? No después de tanto tiempo, pero la costumbre y la inspiración que lo hacia actuar cada minuto se hacia mas insuficiente.


Una noche, sentado frente a su ordenador dispuso sus primeras líneas: “Ese día me encontraba ansioso, excitado debe ser la palabra para un estado en el cual la sangre le hierve a uno, no sabia que clase de personas elegiría para ser blanco de un asesinato tan delicioso, la forma y la terminación, pensaba en este nuevo trabajo como una forma mas de expresar arte, primeramente considere la belleza, qué mas podría ser, una mujer pensé en ese instante, una mujer joven entre los 18 y 27 años, así estarían conscientes de lo que ocurriría y de lo que significaría el fin de su vida sobre la tierra…”. La selección fue lo que mas trabajo le costo, no pensaba en gente que lo conocieran sino que como todo artista viajaría por el mundo buscando inspiración y, como todo viajero tomó un par de mudas de ropa y partió de su casa. La inexperiencia se fue quedando atrás cuando vio por primera vez a Karina, una muchacha de 20 años de edad que estudiaba medicina en una universidad privada, piel blanca, ojos claros, como de 1.65 de estatura, figura esbelta y unas manos como talladas por ángeles, eso fue el despertar de su instinto, aquellas manos preciosas que servirían muy bien para su causa pero ahora servirían para la causa de el. Durante días siguió a la joven, conocía sus lugares preferidos, empezaba a conocer cada uno de sus hábitos y manías. Durante una estancia en un café de aspecto antiguo, que lo frecuentaba cada vez que estaba triste, la joven estudiante recibió una nota de la persona que le estaba tendiendo que decía: “No pude dejar de notar tus mejillas rosadas cuando sonreías, pero por qué has de interrumpir esa belleza con la tristeza emanada de tus hermosos ojos”. La muchacha sorprendida volteo en todas direcciones, todo parecía estar igual que las veces anteriores y cuando volvió la mirada de su espalda a su frente un joven de tez misteriosa estaba frente a ella, no tuvo reacción alguna sólo dijo algo acerca de cómo sabía que se encontraba triste en ese momento y entonces una leve sonrisa tierna se dejo ver al momento que bajaba la mirada, no hubo respuesta inmediata pero esa sonrisa le abrió la puerta a su vida, aunque ya la conociera.

Mantuvo una relación de 2 años con la joven, le ayudaba con sus estudios, le apoyaba con el material que necesitaba y le brindaba apoyo en todo momento, sin olvidar el amor que le había inculcado. Una noche mientras dormían en la misma cama después del dulce acto del amor, vino a su mente una pregunta que daría un significado más a su vida y, levantándose completamente desnudo se dirigió hacia el escritorio y de un cajón cerrado con llave saco una pequeña caja, la silueta exquisita del cuerpo de la joven se tornaba perfecta bajo las delgadas sabanas que la cubrían, su mano, su preciosa mano caía de la cama y acercándose suavemente hacia ella la tomó con un sutil cuidado que la hubo despertado cuando el anillo de compromiso llego hasta el final, ella lo miraba fijamente, mientras sus ojos se llenaban de lagrimas y entre el silencio y la obscuridad se escucho un amoroso “cásate conmigo”, hubo un corto silencio que parecía eterno, la respuesta se hubo prolongado hacia cada rincón de la habitación y al termino del recorrido de una lagrima por la mejilla se detuvo el tiempo en un inolvidable “si”.

Pasaron 6 meses de inmensa felicidad antes del día que tan arduamente se planeo y ahora la idea de casarse mañana les parecía tan cercana, cada una de las mitades del futuro matrimonio se encontraban separadas por la superstición de causar mala suerte si llegaban a verse antes de llegar al altar. El futuro esposo estaba tan ansiado por consumar aquel momento, de verdad estaba enamorado, aquella mujer se había convertido en una gran parte de su vida y ahora acabaría con ella, de esa forma también terminaría con una parte de la suya. Comenzaba a amanecer y se acercaba la hora, las nupcias se consumaron y en la primera noche después de amarse, en la tranquilidad de la noche tarde le confeso lo que planeaba hacer, le arrebataría la vida y como seria la primera, conservaría todo su cuerpo procurando mantenerlo en las mejores condiciones, que descansaría sobre la cama de su nueva casa y que dormiría con ella hasta el final, el corazón de la joven aceleraba su paso, el shock había sido demasiado para ella, lo único que pudo decir fue que estaba bien, que no haría nada para evitarlo, al escuchar eso se aproximo hasta ella y le besó tiernamente los labios como despedirse.

Al terminar de escribir aquella historia una lágrima cayo desde su mejilla hasta el teclado de su ordenador, se sentía triste, hubo 6 historias mas de amor con las cuales al acabar con ellas hubo consumado al mismo tiempo toda su vida, pero de ellas solo conservaba las manos en perfecto estado en una vieja repisa, le tomó toda una noche escribir una historia completa ahora le faltaban 50 mas, lo único que le consolaba era que no serian tan largas y gratas como la primera…