viernes, 13 de agosto de 2010

Había sido una hermosa velada...

Había sido una hermosa velada, lindo restaurante, buena comida, vista increíble y una hermosa dama con la cual hubo mantenido una interesante platica acerca del sexo como base de toda relación, ahora se encontraban dentro de un coche en dirección al hotel mas caro de la costa, ambos sabían lo que iba a ocurrir en cuanto la puerta estuviere cerrada por dentro, la mirada de la chica se perdía en las luces de la vida nocturna por la ventana del auto, el se concentraba en llegar a su destino, no sin prisa, pero tampoco con élla, todo parecía tan común, hasta el silencio que los unía en ese momento, a unos instantes de llegar la chica pidió que se detuviese, que había visto un lindo vestido en el aparador de aquella tienda, él, mirandola con una sorpresa y ternura le sonrió y se orilló de inmediato. Los dos bajaron del auto y tomados de la mano se dirigieron caminando lentamente por la banqueta, deba impresión de una gran felicidad existente para ambos y al entrar a la tienda no sólo se detuvieron por el vestido, cómo una mujer podría tener un vestido nuevo sin estrenar zapatos, joyas y uno que otro accesorio, en total salieron con dos bolsas llenas de ropa, accesorios, maquillajes y demás. Ya de nuevo rumbo al hotel había algo en el pensamiento de él que no encuadraba, había luna llena en un cielo despejado, sentía la excitación de aquel momento y por fin llegaron, sin ningun cuestionamiento recogieron la llave de la habitación en la recepción y se dirigieron a donde sería el encuentro amoroso, entraron al cuarto y a sorpresa de ella era enorme, no sólo era uno, tenía cocina, dos baños completos, una sala de estar y una bellísima terraza con vista al oceano, una pequeña mesa para té y una casca de plantas y flores que daban la impresión de formar un pequeño jardín, vaya decepción que se dio al notar todo eso, con paso indiferente ella entró en el baño y él salió a la terraza a contemplar la luna, aún pensaba que algo no marchaba bien, la luna llena estaba despertando en su interior algo que nunca había sentido en las ultima decada de su vida, parecía transformarle por completo y en un arranque bestial, no se estaba convirtiendo sino que eran sus instintos pasionales los que causaban un enorme eros en él, olvidaba por instantes los pensamientos que le causaban incertidumbre, volvió la mirada al interior de la habitación y sobre la cama, una hermosa mujer desnuda dejaba ver sus encantos, no vaciló en entrar con una leve sonrisa y le hizo el amor como un necesitado.
   Consumado el acto, sintió un enorme alivio en el cuerpo, pero ahora sus pensamientos lo atormentaban, le decían que algo no estaba bien, pero hacia donde volteara sólo vería belleza, entonces se levantó de su lecho amoroso y se dirigió hacía el baño completamente desnudo con el pensamiento agónico, se miró detenidamente al espejo durante un largo tiempo y al refrescar su rostro con un poco de agua fría, supo lo que estaba mal, ya era hora de volver con su esposa...