miércoles, 1 de septiembre de 2010

El no era un hombre...

El no era un hombre, era un defecto con pies que andaba por el mundo pervirtiendo a todo lo que se le acerca, era estimulante excéntrico que iba proponiendo situaciones que no terminaran en nada que se pueda considerar "bueno", era galante cortesía que te engaña y que seduce para fines tan oscuros como el mismo, era pecado y era perdición. Esa era la fama de aquel que no era un hombre, la que hacia alejar los pensamientos a toda prisa e involuntariamente pegar un delicado cuerpo contra el de él. No era un hombre, era algo más que eso…