domingo, 21 de noviembre de 2010

Cómo te explico, que ayer soñé contigo y después, ya no...

No sé si fue un sueño lucido o una alucinación causada por el cansancio. Estaba recostada en la cama viendo el techo cuando volví en mí, las luces del día comenzaban a ceder espacio a una muy tranquila noche.  El recuerdo era claro, el escenario había sido muy simple, una banca de concreto delante de un árbol de hojas blancas era todo. Yo me encontraba mirando el cielo, como si estuviere despertando. Entreabriendo los ojos el reflejo de la luz colaba tonos amarillos en mi ver, era muy tranquilizante y cuando abrí bien los ojos uno de mis amigos se acercaba a donde me encontraba, tenía un libro en la mano y me lo tendió en las mías. La portada tenía un color entre naranja y café, cuadriculada, el titulo no lo pude ver. Llegabas tú, yo te decía cariño, y el amigo que me había dado el libro parecía extrañado y me sostenía fuertemente del brazo,  preguntaba “qué?”, como si pidiera una explicación de mis palabras hacia ti. Logre soltarme y sin titubear respondí que si, voltee a hacia dónde estabas y te dije cariño de nuevo. Te abrazaba, pero sabía que no era realidad. Te seguía mirando con un aire vago de tristeza en aquella fantasía, te tomaba del rostro y mencionaba más para mí que para  ti: “si supieras que te amo…”. La realidad volvía, aquel techo de color amarillo me llenaba de nostalgia, estaba en mi habitación, cerré fuertemente los ojos como intentando regresar al sueño, por un momento creí que podría, te seguía sosteniendo del rostro, pero te veía borroso, necesitaba besarte y cuando mis labios apenas rozaron con los tuyos la realidad me inundo por completo, tenía el cuerpo tenso, había despertado.
  Cómo te explico, que ayer soñé contigo y después, ya no...