miércoles, 18 de agosto de 2010

Lloraba el cielo y la ocasión era perfecta...

Lloraba el cielo y la ocasión era perfecta para expiar las ofensas cometidas contra todo lo que quería, ya que era lo único que podía en verdad lastimar con sus actos, por mas mínimos que fueran no tenia noción de su alcance. Las frías y pesadas gotas lo golpeaban en la cara bañándolo de una culpa que sólo él sentía, ya vendrían las suaves y delgadas que lo limpiarían de sus faltas. Parado a media calle, con los ojos cerrados y su semblante hacia arriba, buscaba entre sus pensamientos los caminos que debía seguir mientras los demás caminos marcados en la acera dejaban huellas de desconocidos en los lugares que se encontraban libres de humedad, un desfile de paraguas lo señalaban con miradas de juez, las marcas uniformes, huellas de hule pasaban tan cerca suyo que la seguridad se veía violada por estruendosos cláxones. Pasó media hora antes de que los sombreros y sombrillas se detuvieran ante aquel espectáculo humano, no entendían si era un atentado contra la vida de aquel personaje o si sólo se trataba de una más de las expresiones de la locura. Seguía con la frente en alto esperando las delgadas gotas, no se percataba de la razón confundida de las huellas que habían detenido su trayecto para observarlo. Sentía calor. Ya estaba a mitad de purgar su alma culposa, la mente entraba en una ensoñación que calmaba su cuerpo, parecía libre y las gotas ahora las notaba delgadas, el calor no venía de su pecho, pero ahora lo invadía tan rápido que pronto se expandiría hasta los más lejanos miembros de su cuerpo en muy poco tiempo, sentía alivio y una tranquilidad casi celestiales, estaba a punto de limpiar sus culpas y cada vez tenia mas vigilantes en el espectáculo, estaba a punto de terminar, se sentía un hombre libre y ahora sólo faltaba abrir los ojos para acabar con sus remordimientos, la felicidad no cabía en su cálido cuerpo, el único problema es que ya no podía abrir los ojos y su cuerpo yacía tirado a media calle con sus culpas que lo enfriaban lentamente…