lunes, 29 de noviembre de 2010

Que bueno que llegaste...

Aborrezco a las mujeres de esa clase, que entran en la cama de uno y para el siguiente día andan pidiendo, después de muchas compras caras que un hombre casado se divorcie de su primera o segunda esposa, qué más da. Yo tenía conocimiento de una situación similar, mi mejor amiga había sido engañada por lo menos en trece ocasiones y que una tarde, ni siquiera había sido su marido, llegó un hombre bien vestido con el papeleo para la separación, así sin más, ella estaba furiosa en ese momento, me contó que, al instante que el abogado se marcho volteo el departamento de cabeza y después de por lo menos una hora, ya estaba tranquila, sentada sobre la cama con una taza de té.
  Yo me sentía culpable, ya que al pasar dos años estoy organizando la boda de ese infeliz. Obviamente le conté a mi amiga sobre ello y ella en un templado gesto dijo que no importaba, que ya lo había superado y que ahora se encontraba con una pareja que era increíble. Me alegre por ella, pero también me disculpe, en forma de excusa diciendo que era trabajo y que a mi jefe no le importaba si era un desgraciado o el amor de mi vida, que dinero siempre es dinero. Ella me miró detenidamente por un tiempo mientras el silencio se apoderaba en un mutismo casi universal y para otro soltó una carcajada que me dio tranquilidad, no importa, tienes mucha razón, trabajo es trabajo, sólo quiero que la maldita con la que se case sea tan feliz como yo, dijo y las dos reímos.
  Llegó el día de la boda, le hablé a mi amiga para que me acompañare, pensando que vendría más por el morbo de saber quién era la otra mujer, además de que yo no quería estar sola ahí. Ella había aceptado venir, para verle la sonrisa a su antiguo marido al decir las palabras de “si, acepto”. Entró súbitamente acompañada de su nueva pareja, como esperando interrumpir el feliz casamiento, pero su sonrisa se desfiguro cuando me vio ahí, frente al juez, con un vestido blanco y con una sonrisa dibujada en todo el rostro, que bueno que llegaste amiga.